Echar Pa’ Alante

Ser consistente implica que nuestra actitud, carácter y conducta se mantienen constantes por un periodo considerado de tiempo.  Requiere coherencia, continuidad y convicción. Para los equipos de trabajo, es importante tener un líder que sea consistente, para que el enfoque esté en el negocio y los resultados y no en el juego de la desconfianza y cuidarse las espaldas. No hay nada más frustrante y desmotivador para un equipo que no saber qué esperar de su líder. Es así como vemos equipos que se pasan más tiempo tratando de descifrar los movimientos y cada palabra de su jefe, en vez de estar pensando en la próxima decisión para cambiar y crecer el negocio. En resumen, la inconsistencia no nos permite crear equipos de alto desempeño, en el cual cada miembro se impulsa y auto motiva por la fuerza de una misión, meta o estrategia en común, confiando en que tiene el respaldo y apoyo de la organización (su líder).  Veamos cómo crear consistencia aprendiendo de las marcas...

La noche antes de tomar mi vuelo a Rusia para el Mundial de FIFA (Futbol) sentía un orgullo y una emoción singular. Era tal el entusiasmo y buena vibra, porque me volvería parte de la historia de mi país. Y también porque en los últimos años, desde la frustrada perdida contra USA, el pueblo y la barra de la Marea Roja ha visto a este grupo de deportistas darlo todo por dejar el nombre de nuestro país en alto.  ¡Qué efectiva fuera nuestra actitud y esfuerzo si pensáramos que hacemos historia para nuestro país! Si todos actuáramos bajo esta premisa, el fruto de nuestro trabajo traería mucho progreso para nuestro país. Es importante buscar esa misión que cumplimos con nuestro trabajo y así contribuir al futuro de nuestra gente y país.  Sin una misión, el trabajo es una obligación.   Con una misión, se convierte en una responsabilidad.   Ya no sería cuestión de hacer por hacer, sino que llegaríamos a visualizar formas más rápidas o efectivas de hacer las cosa...

Habemos niñas y mujeres a quienes nos han llamado mandonas desde pequeñas. A mi, me lo dicen tanto mujeres como hombres, incluyendo amistades y familiares. A veces me parece increíble que otras mujeres hasta te piden que le bajes un poco... porque quien sabe sea por eso que un hombre no se te acerca.   Pero, ¿se le dirá mandón al hombre con carácter, que es decidido, sabe adónde va, está claro en sus convicciones, y habla con sentido de mando y confianza? Claro que no, esos son líderes que dan dirección, que son firmes y saben defender su punto de vista.  En un mundo corporativo que lastimosamente está mayormente liderado por hombres, necesitamos mujeres firmes y claras, que estén seguras de sí mismas, que no teman a que los hombres las llamen mandonas, ni que las mujeres hablen mal de ellas. Y, por el contrario, que actúen en base a sus convicciones, principios y valores, siempre con intenciones claras y actitud positiva.  La realidad es que las mujer...

Al inicio de mi carrera profesional o al inicio de un nuevo trabajo es cuando más he enfrentado el reto y tentación de demostrar resultados o demostrar que soy buena. Este deseo revela nuestra ambición y ganas de aportar y crecer. El problema está en que, para adquirir valor dentro de una organización, muchas veces, nos ponemos en la posición de cambiar quiénes somos realmente. Tuve una asignación de trabajo que puso mucho de mi verdadero yo en juego. Mi jefa me decía que debía cambiar mi forma de ser: ser menos directa, menos intensa, que necesitaban verme de esta u otra forma. Yo me volvía loca tratando de descifrar qué me pedía, cómo hacerlo; dejé de tomar iniciativa en muchas cosas por no parecer intensa o agresiva. Así pasé meses, y mi luz y sonrisa se iban apagando poco a poco. Empecé a dudar de mí, perdí mi “mojo,” como dicen en Estados Unidos de América. Fue por medio de mi madre que descubrí que tenía un problema de autoestima, y que prácticamente había puesto mi a...

El miedo puede ser nuestro más íntimo amigo si lo aprendemos a utilizar para nuestro provecho e impulso. La manera en que he experimentado o vivido con el miedo, es usándolo como un termómetro de acción. Esto porque hay decisiones o cambios que debemos hacer para enfrentar el miedo y encontrar crecimiento. Les cuento mi perspectiva del miedo.  Cuando hice mi primer cambio importante de trabajo, pasé por una asignación que fue un total desastre. Yo carecía de experiencia que era fundamental para la posición, y además que no tenía un jefe directo para guiarme y tenía a una persona en el equipo que quería demostrar que estaba mejor preparada para hacer mi posición. Después de este fracaso y el golpe a mi autoestima, yo le tenía miedo a trabajos estratégicos porque la verdad es que me sentía inadecuada.  Años después de esta experiencia, e inclusive ya en otra compañía, me proponen trasladarme a la casa matriz para llevar un negocio importante. Mi respuesta fue...

Anteriormente hablé de mi consejera espiritual, quien me enseñó que nosotros muchas veces no alcanzamos algo mejor, por temor de dejar algo bueno. Esto mismo lo leí de un escritor hindú y de un filósofo budista. Recuerdo la analogía del mono utilizada por el escritor. El mono va saltando de rama en rama, dispuesto a soltar una rama (buena y segura) para moverse hacia adelante con el ánimo de alcanzar algo mejor.  La decisión de regresarme a mi país ha sido de las más difíciles en mi vida. Llevaba casi quince años viviendo en el exterior; me fui a los dieciocho años a estudiar y luego estuve otros años en traslados de trabajo. Desde el aspecto profesional y económico, ganaba muy por encima de lo que pudiera ganar en Panamá, y mi carrera iba en ascenso, pero había pasado una situación familiar y por primera vez tuve visibilidad de una nueva etapa en mi rol como hija y hermana. Espiritualmente, me había acercado mucho a Dios estando fuera, era parte de un grupo de jóvenes...